LUNATA & ALEBRIJED
Zorro naranja
Zorro naranja
No se pudo cargar la disponibilidad de retiro
El zorro no vive al ritmo del resto. No necesita hacerlo. Tiene su propio tiempo, su propio lenguaje, su forma distinta de moverse por el mundo. Observa sin ser visto. Se asoma, analiza, y elige. No por desconfianza, sino por respeto: a su energía, a su instinto, a su paz.
No busca ser el centro, no compite, no se apura. Pero cuando actúa, lo hace con precisión. Y aunque a veces parezca esquivo, no es frialdad lo que lo mueve, sino una sensibilidad muy fina que le dice dónde sí, y dónde no. El zorro no se entrega a la fuerza. Se entrega por afinidad, por verdad, por libertad.
Vive con ligereza, pero no por superficialidad. Su liviandad es un arte. No se carga de lo que no le pertenece, no se queda donde no se siente él mismo. Tiene la capacidad de soltar sin culpa, de cambiar de dirección sin explicaciones, de empezar de nuevo sin mirar atrás.
Lo que te enseña el zorro:
– Tu forma única de hacer las cosas también es válida.
– Puedes ser rápida y tomarte pausas al mismo tiempo.
– Reír, adaptarte, soltar… también es sabiduría.
– Tu intuición sabe encontrar salidas donde otros ven muros.
El zorro representa a esas almas que han aprendido a escucharse, a las que se mueven con intuición y no con obligación. A quienes han descubierto que cuidar de sí mismas también es una forma de amor. Y que decir que no, también puede ser una manera de quedarse cerca de lo que importa.
Caminar con este guardián es recordar que no hace falta ser comprendida para ser fiel a ti. Que no todo lo que brilla merece tu energía. Que hay caminos invisibles que solo tu alma sabe leer. Y que está bien moverse distinto, si ese movimiento es tuyo.
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