El pato es un alma tranquila. Se mueve con suavidad entre el agua, la tierra y el aire, recordándonos que no hay una sola forma de ser. Es un tótem que representa a quienes saben adaptarse, pero sin perder su esencia. A quienes caminan con ternura, pero también saben nadar en lo profundo.
Este espíritu te enseña a confiar en tu ritmo, en tu forma única de sentir y vivir. El pato no corre, no compite, simplemente sigue su camino con calma… y eso ya es suficiente. Es símbolo de sensibilidad, dulzura y conexión con las emociones más puras.
Qué te recuerda el pato:
– Puedes moverte a tu manera, sin compararte.
– Sentir mucho no es una debilidad, es un don.
– La calma también te lleva lejos.
– Tu ternura es una forma de sabiduría.
El tótem del pato es para quienes sienten hondo, caminan con amor y han aprendido a fluir… incluso cuando el mundo parece ir muy rápido.
